Columna Contrafilo
Seguridad fugaz
José García Segura
Ocurrió en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México pero la inseguridad pública y la prepotencia con que actúa la policía uniformada es igual en todo el país.
Ha, si usted descubre alguna irregularidad de los uniformados, ni se le ocurra enfrentarlos o hacer movimientos que les incomode, so pena de ser detenido, sometido y remitido a “la autoridá”, acusado de cualquier cosa.
En Tlalnepantla, por ejemplo, la inseguridad pública es el principal problema y en el Estado de México, también.
A nivel nacional la inseguridad es mayor en los estados de Guerrero, Chihuahua, Zacatecas, Puebla, Michoacán, Tamaulipas, Tabasco y Veracruz.
Hace unos días se reunieron en la CDMX los secretarios de seguridad pública de todas las entidades con el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida.
Durante el encuentro “descubrieron” lo que el INEGI ya había oficializado: que las ciudades más violentas son Acapulco; seis municipios de Chihuahua, destacadamente Juárez; Fresnillo y Zacatecas capital, Tlalnepantla y Ecatepec; Puebla, capital; Reynosa, Victoria y Nuevo Laredo; Villahermosa, Chilpancingo y Coatzacoalcos
Homicidios, secuestro, extorsión y robos a mano armada son denominador común, sin dejar a un lado los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.
Una cosa es cierta: la mitad de los mexicanos desconfiamos de la policía uniformada y de los ministerios públicos. Esa es una de las razones por las que casi nunca denunciamos los ilícitos.
En suma, las policías municipales no son útiles y mucho menos funcionales, salvo cuando actúan para su particular interés.
josegarciasegura@municipal.mx
