José García Segura

El desempleo en México alcanzó a “mama lucha”; si, a “la campeona de

los precios bajos” según publicistas de la trasnacional Aurrera donde,

por poner un ejemplo, el precio del jitomate alcanza los 50 pesos/kilo

y el de la manzana sube y sube a medida que se acerca Navidad y el Año

Nuevo.

Amas de casa estiman que al paso que va la inflación, ni con el

aguinaldo que viene habrá fiestas decembrinas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

(Inegi), en el año que termina, la tasa de desempleo se ubica en 3.4%

y la de inflación por esas anda.

Según cifras gubernamentales, ahora mismo somos 124.7 millones de mexicanos.

Al iniciar el gobierno de Felipe Calderón (PAN), más de 53 millones

vivían en situación de pobreza.

Al iniciar el gobierno de Enrique Peña Nieto (PRI) la cifra se elevó a

58 millones.

Al iniciar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (MORENA) unos 62

millones de compatriotas carecen del mínimo indispensable para vivir.

El Inegi refiere que el 67.8% de los trabajadores son asalariados,

22.4 autónomos, 4.9 empleadores o patrones y el resto labora en

negocios familiares sin pago fijo.

Pese a los esfuerzos de uno y otro gobernante, el dinero de la

quincena no alcanza para cubrir las necesidades mínimas de la familia.

Tal vez por esa razón, el nuevo presidente se comprometió a que, una

vez terminada la refinería en el puerto Dos Bocas, Tabasco y la

rehabilitación de seis más, “va a bajar el precio de la gasolina y de

todos los combustibles».

Esperemos.